Estrategias para el manejo de conflictos
Definición del conflicto
Un conflicto es el choque entre dos
o más posturas diferentes dentro de una persona (contradicción interna de
motivos, deseos, afanes y valores éticos) o entre varias personas o entre
grupos, estados y otras comunidades.
Existen varias teorías sobre el surgimiento de conflictos:
1.
La
etología con orientación biológica supone que el ser humano tiene pulsiones
biológicas invariables, acepta un potencial general de agresión y convierte así
el conflicto en una situación social natural.
2.
Según
los enfoques psicosociales, el conflicto se origina por discrepancias entre las
impulsiones y las motivaciones psíquicas de las personas por un lado, y por las
exigencias normativas de la sociedad por el otro.
3.
Dahrendorf no cree que la sociedad se cimenta y se
mantiene cohesionada mediante el consenso, sino mediante la coacción; de la
omnipresencia de la coacción infiere la omnipresencia de conflictos, en todo
lugar en que las personas establecen agrupaciones sociales.
4.
El
marxismo remite los conflictos a las relaciones de propiedad.
Manejo de conflictos
El
manejo de conflictos comprende
·
el
sostenimiento,
·
el
procesamiento,
·
la
solución y
·
los
resultados.
El objetivo del manejo de conflictos
es reducir la discrepancia que los origina; es decir, el manejo de conflictos
apunta, en lo posible, a sus causas.
Hay
dos estrategias fundamentales para el manejo de conflictos:
• la asociativa y
• la disociativa.
La estrategia asociativa trata de
inducir a las partes en conflicto a que se acerquen, que comprendan las
pretensiones del otro y que lleguen a compromisos. La estrategia disociativa,
en cambio, parte de la base de separar a las partes en conflicto y de impedir cualquier
contacto entre ellas.
Son
instrumentos de la estrategia asociativa:
• la eliminación de interferencias en la comunicación
• la formación de consensos
• los compromisos mediante la mediación
• las estrategias de ganar-ganar (win-win)
• la transformación de las posturas en necesidades
• la delegación en árbitros (arbitrajes)
• la creación
de dependencias mutuas
Son instrumentos de la estrategia
disociativa:
• la votación por mayoría
• la no intervención
• la separación
• la separación espacial
• la separación de competencias
• la amenaza de violencia
• la lucha, la guerra
El
conflicto puede tener cuatro salidas:
• el caos
• la destrucción de la postura de una de las partes
• el acuerdo o
• la continuación, sin cambios, del conflicto.
Manejo individual de conflictos
En realidad, esta forma de manejar conflictos es tarea de la
psicología y no tanto de la planificación estratégica. Sin embargo, como los
conflictos aparecen de múltiples maneras en la planificación estratégica de las
carreras de los políticos y pueden observarse en las conductas de éstos, es
importante que el asesor los conozca; su solución, empero, es y sigue siendo la
tarea de los psicólogos. Dentro de la psicología hay diferentes conceptos para
el manejo de conflictos y diferentes escuelas para explicarlos (sociología del
conflicto).
Teoría del conflicto del campo de fuerzas
Según esta teoría, el estallido de
conflictos implica un campo de fuerzas de diferentes deseos, objetivos y
pretensiones en competencia (campos de conflicto). Pueden aparecer los
siguientes tipos de campos de conflicto:
Conflictos de aproximación
Aquí se trata de una elección entre
dos alternativas positivas. En última instancia, quien es parte en el conflicto
decide, por lo general, según sus preferencias subjetivas.
La elección
entre aceptar un cargo en el gobierno o una posición
dirigencial
en la economía. En general, se desea hacer carrera
y este
deseo es satisfecho por la oferta de un cargo en el gobierno
o de una
posición en la economía. La persona afectada decide
subjetivamente
de acuerdo a lo que le resulta más prometedor.
La mayoría
de las veces se descuidan aquí el derecho a
continuidad
o responsabilidad frente a los electores.
Conflictos de evitación
Aquí se trata de elegir entre dos
males. Primero, la persona afectada buscará evitar o eludir la elección; si eso
no es posible, deberá decidir: elegirá el mal menor, según su opinión
(subjetiva).
Para lograr
cierto objetivo, un político debe cambiar de
domicilio
y separarse así de su familia o soportar considerables
pérdidas
financieras. El político intentará primero lograr su
objetivo
sin recurrir a ninguna de las dos variantes; si eso no es
posible,
elegirá aquella que, en su opinión, es el mal menor.
Conflictos de aproximación/evitación
Aquí se trata de lograr un objetivo
que tiene tanto ventajas como desventajas. En esta situación se percibe el
mayor grado de inseguridad en quienes deben decidir.
La decisión
tiene que ver con la posibilidad de asumir una
función
directriz superior en un gobierno. Las ventajas radican,
por
ejemplo, en la mayor cuota de poder; las desventajas pueden
consistir,
por ejemplo, en que tal posición implica una mayor
amenaza a
la seguridad y puede causar también problemas familiares.
Situaciones
como esa causan atormentadoras indecisiones.
Teoría de la disonancia (Leon Festinger)
Esta teoría se basa en la reflexión
de que los conflictos aparecen cuando existen disonancias entre el conocimiento
y la actuación de una persona. Se desarrollan estrategias que deben eliminar
las contradicciones; la dirección queda abierta.
Hay casos
en los cuales la persona, que debe vivir en un conflicto
entre la percepción
que tiene del mundo y la realidad, se inclina
a percibir
la realidad de forma distinta a como es. Las realidades
no sólo son
desplazadas, sino que en parte la percepción se
invierte
(disonancia cognitiva).
Modelo psicoanalítico del conflicto (Sigmund
Freud108)
En el modelo psicoanalítico del
conflicto, las necesidades y las pulsiones determinadas por el principio del
placer urgen a ser satisfechas inmediatamente, mientras que el entorno
(sociedad) exige renunciar a la pulsión o adoptar las formas de satisfacción socialmente
prescritas, lo que provoca tensiones internas, conflictos. Para la persona afectada,
la solución consiste en hacer concesiones; ellas son:
• la postergación de la pulsión
• el aumento de la tolerancia a la frustración
• nuevas formas de satisfacer las necesidades.
Si el “Yo” no está dispuesto a hacer
concesiones aparecen conflictos neuróticos.
Comunicación interpersonal y manejo de conflictos
Según Watzlawick, todo
comportamiento y toda actuación es una información en un proceso
comunicacional. Por eso, los conflictos se agravan o relajan en el curso de las
comunicaciones y sólo pueden ser superados mediante la comunicación. En ésta se
distinguen los niveles de contenido y de relación: ambos envían información que
es interpretada.
Para juzgar la
comunicación y la situación conflictiva es necesario el análisis (análisis
transaccional y análisis de la autoestima).
Aquí
aparecen como conflictos típicos:
• el conflicto entre socios,
• los conflictos entre compañeros de trabajo en el conflicto
grupal y
• en el conflicto jerárquico.
Para
solucionar conflictos de contenido, resultan apropiados
• el discurso racional,
• las concesiones mutuas con una nueva definición de objetivos y
• el llamado a una instancia arbitral.
Para
solucionar los conflictos de relaciones, resultan apropiadas
• las reestructuraciones y
• la disolución de la relación.
Según A. Rapoport, en esos
conflictos se recurre a luchas, juegos y debates:
Las luchas representan el intento de
someter o de destruir al otro; los juegos son intentos de cooperar con reglas,
empleando artimañas para someter al otro; los debates implican un intercambio
de argumentos.
Conflictos de
roles
En los conflictos de roles se
distingue entre los conflictos intrarroles (conflicto dentro de un rol debido a
expectativas diferentes) como, por ejemplo, las expectativas de los ciudadanos
con respecto al político elegido y las del partido con respecto al mismo político,
y los conflictos interroles (conflictos entre los diversos roles) como, por ejemplo,
entre los roles familiar y profesional.
El manejo de conflictos es posible
tanto a nivel individual como social.
En
el nivel individual mediante
• la decisión en favor de un rol,
• la aceptación de las tensiones y
• el distanciamiento del rol (abandono del compromiso).
En
el nivel social mediante
• la tolerancia del comportamiento poco claro de la persona y
• el cambio de la descripción de roles.
Conflictos entre grupos
Los conflictos entre grupos pueden
significar un déficit comunicacional tanto a nivel de contenido como de
relación, así como conflictos de roles y su ritualización. Estas ritualizaciones
se hallan a menudo en el parlamento entre las bancadas o entre el gobierno y la
oposición; entre ellas figuran también el importante desarrollo de dinámicas
grupales, como los sentimientos de pertenencia que surgen al mostrarse las diferencias
con otros grupos.
Tales desarrollos pueden, aunque no
necesariamente, llevar a la enemistad. Son importantes cuando hay grupos en
competencia y la ganancia de uno sólo puede lograrse mediante la pérdida del
otro. Esto se da, por ejemplo, en el fútbol y en otros deportes por equipo:
mientras un partido de fútbol puede disputarse con un comportamiento moderado
gracias a las reglas y al árbitro, los hinchas actúan sin reglas, lo que lleva regularmente
al estallido de conflictos masivos; tales conflictos entre grupos deben ser
reducidos mediante la delimitación de sectores en las graderías y otras reglas
(leyes).
Conflictos sociales
Las estrategias para el manejo de
conflictos sociales dependen, en gran medida, de las imágenes socio-filosóficas
de la sociedad.
Th. Hobbes opina al respecto que la
guerra de todos contra todos representa el estado natural; por eso, para el
manejo de conflictos, recomienda
• que el Estado tenga autoridad para dominar los conflictos,
• que exista un monopolio estatal de las fuerzas del orden
(policía, militares) y
• que haya una legislación y una administración de justicia
estatales.
Para Karl Marx los conflictos surgen
debido a las luchas por la distribución, en constante aumento, entre la clases
poseedora y dominante, por un lado, y la clase desposeída y oprimida, por el
otro. Por lo que para él, la solución de los conflictos consiste en crear una
sociedad sin clases.
Hobbes y Marx perciben los
conflictos de forma negativa y quieren eliminarlos. Dahrendorf, en cambio,
señala sus aspectos positivos. Según él, la coacción y la dominación
caracterizan la convivencia, y si bien éstas pueden manejar conflictos, también
generan constantemente nuevos. Dahrendorf considera la capacidad de conflicto
de la sociedad como indicio y medida de la capacidad de modernización de un
sistema social.
Los sistemas rígidos desplazan los
conflictos hacia afuera (creación de chivos expiatorios y de imágenes del
enemigo hasta llegar a la guerra); los sistemas abiertos y móviles cambian con
los conflictos. Por lo general, los conflictos sociales no tienen solución,
sólo son atenuables; al respecto también se aplican instrumentos tales como el
desplazamiento y el ocultamiento de conflictos.
Hay
dos estrategias típicas para procesos políticos:
• la búsqueda de compromisos (asociativo) y
• la solución disociativa mediante la no solución porque las
discrepancias son demasiado grandes.
En tales casos se aplican
estrategias de movilización: manifestaciones, huelgas y otras formas de
resistencia.
Conflictos internacionales
A diferencia de los conflictos
personales y sociales, en los internacionales no hay, la mayoría de veces, una
instancia superior que modere o imponga la calma. Los estados se hallan en un
“orden de poder anárquico”, en el que los intereses deben ser garantizados o
impuestos. Hay una actitud defensiva y una ofensiva.
La actitud defensiva implica la
autoafirmación (Israel frente a los vecinos árabes) y la no adaptación (Tibet frente
a China).
La
actitud ofensiva implica
• la ampliación de la posesión territorial (Alemania en la Segunda
Guerra Mundial),
• la ampliación del área de dominación (Argentina en la Guerra de
las Malvinas) o
• la ampliación del área de influencia (múltiples intervenciones
de EEUU en América Central: República Dominicana, Nicaragua, Panamá, etc.).
Por lo general, los conflictos
internacionales por territorios son violentos, siendo decisivos los siguientes
hechos:
• los conflictos por territorios son “juegos de suma cero”,
• la existencia de los estados nacionales se define por los
títulos de posesión territorial y,
• en la era preindustrial, la posesión de territorios significó
también riqueza y poder estatales.
Estrategias para disminuir la violencia en los conflictos internacionales
Diversas estrategias han sido
desarrolladas para eludir el automatismo de la confrontación violenta en los
conflictos internacionales. Se trata de las siguientes:
• Estados poderosos se declaran árbitros o policías mundiales de
un orden pacífico regional o global (Pax Romana, Pax
Americana)
• Creación de una forma supranacional de gobierno mundial
(Sociedad de Naciones, ONU, pero también OMC, etc.)
• Desarrollo de formas no violentas de sostener conflictos, como:
1. la creación de dependencias
mutuas crecientes, como la integración europea (UE) u otras uniones regionales,
2. la disuasión mediante la amenaza
de violencia (Guerra Fría, resolución de rearme, etc.),
3. la cooperación antagónica
(tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio, INF Treaty; convenios de desarme, CSCE-OSCE,
generación de confianza),
4. las estrategias disociativas en
el conflicto Norte-Sur, como la no intervención o el desarrollo autónomo, y
5. el desarrollo del Derecho
Internacional Público y del Derecho Internacional de la Guerra.
Principios para solucionar conflictos
Hay buenas y malas soluciones de
conflictos y no es raro que una misma solución sea considerada buena por una de
las partes y mala por la otra. Los criterios principales para juzgar la
utilidad de las soluciones de conflictos rezan:
1. Calidad (el criterio lógico)
2. Aceptabilidad (el criterio
psicológico). Esto significa que la solución de un conflicto es tanto más útil
cuanto mejor satisfaga pretensiones lógicamente racionales - por ejemplo, con
respecto a los costos que genera - y cuanto más sea aceptada por todos los
involucrados con menos reparos.
Este es sólo uno de los muchos
conocimientos adquiridos en la investigación de conflictos, una de cuyas áreas
importantes es el de la disolución de conflictos. Para juzgarlo son
particularmente importantes dos aspectos de la investigación:
1. el proceso de la solución de
conflictos en sus diversas fases y
2. los diversos resultados posibles
de las soluciones de conflictos.
En lo esencial, el proceso de
solución de conflictos está determinado por dos variables:
- por el nivel del valor, es decir, el
valor material o ideal del bien sobre el cual debe decidir la solución,
- y por la posibilidad existente o no
de conciliar intereses.
El siguiente esquema muestra dos
posibles procesos de solución de conflictos a la luz de esas dos variables:
La posibilidad de
conciliar intereses
no existe
|
La posibilidad de
conciliar intereses existe
|
||
NIVEL DEL VALOR
|
EL ACUERDO ES NECESARIO
|
EL ACUERDO NO ES NECESARIO
|
|
ALTO
|
INSTANCIA SUPERIOR (VICTORIA /DERROTA)
|
RETIRADA/ABANDONAR EL CAMPO
|
BÚSQUEDA CONJUNTA DE SOLUCIÓN
|
MEDIANO
|
JUEZ SABIO/MEDIADOR
|
DISTRIBUIR ATRIBUCIONES
|
NEGOCIAR (TOMAR/DAR)
|
BAJO
|
SORTEO/CASUALIDAD
|
FICCIÓN: NO HAY CONFLICTO
|
COEXISTENCIA PACÍFICA
|
Este esquema muestra el
comportamiento realmente observado de las partes en conflicto en los intentos
de solución.
Discusión del esquema
El caso más problemático es, con
seguridad, aquel en el que hay que decidir respecto a un conflicto considerado
de gran importancia por todas las partes y en el que no es posible lograr un
acuerdo mediante, por ejemplo, concesiones mutuas.
Normalmente, si no hay una instancia
superior, este conflicto lleva a confrontaciones violentas que terminan con la
victoria o con la derrota, o bien se llega a la aceptación de una instancia
superior como mediadora, cuando las partes en conflicto están agotadas.
No obstante, si existe una instancia
superior, deberá ser llamada para tomar una decisión.
Si para ambas partes el nivel del
valor del conflicto es alto, debe tomarse una decisión que para una de las
partes signifique la victoria y para la otra la derrota. La calidad de la
decisión aumenta cuando es aceptada por el grupo o por la persona o derrotados.
Si el conflicto posee un valor
mediano para las partes, es más sensato que lo solucione un mediador, cuya
tarea consistirá en examinar los intereses divergentes de ambas partes de tal
modo que, en lo posible, se llegue a una decisión que beneficie a las dos (estrategia
ganar-ganar). También puede investigarse la “curva del menor dolor” y actuar de
conformidad.
Si para las partes en conflicto es
escaso el valor de una situación en la que se necesita llegar a un acuerdo sin
que sea posible conciliar los intereses, pueden elegirse soluciones aleatorias
(sorteo).
En la
elección de los arcos antes de que se inicie el partido de
fútbol, una
decisión aleatoria es posible y también aceptada.
Ese no es
el caso, empero, cuando se trata de un tiro penal: aquí
el valor es
demasiado alto para ambas partes.
Cuando no se requiere un acuerdo,
las decisiones que se toman son muy distintas. Se dan resultados de alto valor
que consisten en abandonar el campo (huída) o en excluir (despido).
Si el valor es escaso, es posible
fingir que no hay conflicto; generalmente esta solución no da resultados
satisfactorios: tarde o temprano el conflicto volverá a estallar o se
manifestará en otros ámbitos.