, abordarlos racionalmente para establecer las repeticiones y aspectos deficitarios, y trabajarlos desde la interpretación de todos sus condicionantes, pero para el cambio. Es decir, se evalúa y se interviene con todas la herramientas (cuanti y luego cuali para las especificaciones) para la toma de decisiones. El tema es cuáles son las orientaciones que esas decisiones se deben tener en educación. Es allí en donde este enfoque se tergiversó para utilizarlo ideológicamente en pos de mantener el ‘statu quo’ dominante que sostiene a la burguesía en pos del oprimido. De hecho, el gran fracaso de la educación argentina se debe a que la academia tiene un maquillaje de liberación y no una emancipación profunda. A modo de resumen y respondiendo a los tres aspectos solicitados me remito solamente a los valores. Considero que más que un enfoque, sería una profundización o vuelta a las bases del enfoque socio-crítico. La mirada que propongo parecería redundante u obvia; sin embargo, si realmente nos circunscribimos a lo basal del enfoque, entonces sería nuevamente innovador. En tal sentido, expreso lo siguiente: - Los valores deben guiar al Proyecto Educativo Institucional de la institución (Escuela) como herramienta política fundamental y no como letra muerta. Deben ser medibles e interpretados y también, expuestos y alcance de todos. - Los valores propuestos a trabajar en cada año serán producto de los problemas emergentes, pero como ejes transversales de la institución educativa y desde las políticas nacionales y provinciales, serán indiscutidos el patriotismo, la liberación, la igualdad de oportunidades (equidad), la paz con acciones concretas. - La misión entonces debe ser alcanzar la calidad educativa con estándares claros y que la investigación educativa sirva verdaderamente para la toma de decisiones para la mejora.
