martes, 9 de septiembre de 2014

Defendamos el modelo nacional y popular - NOTA

Tengo una teoría que estoy desarrollando que explicaría un poco lo que nos está ocurriendo como sociedad. Las personas respondemos a dos esquemas de pensamiento básico. Uno menos evolucionado que el otro que podríamos denominar "Primitivo". Ese esquema responde a las necesidades más básicas del hombre de manera que "sus" requerimientos están por sobre los demás siempre. "Su" dinero, "su" trabajo, "su" mujer/hombre, "sus" hijos, "su" auto, etc. etc. No descansa un momento porque siempre se siente atacado, responde de manera agresiva literalmente hablando y/o con acciones y/o con verbalizaciones y/o con pensamientos que quizás, a veces no expresa.
Nunca siente saciada su sed porque siempre teme. Este esquema responde a las personas que son de derecha, se reconozcan o no dentro de una ideología, quizás no lo revelen con naturalidad y digan "soy a-político", pero lo que es importante reconocer es que no les importa de los demás sino su propio bienestar que además, es insaciable. Por otro lado, está el otro esquema de pensamiento, que podríamos llamar “Evolucionado”, quien al informarse, rápidamente entra en empatía con la realidad y las necesidades de los otros. Es más sofisticado porque ya no piensa exclusivamente en lo personal, sino que va más allá y se considera parte de un colectivo social, cuyas necesidades se conjugan con las de los demás integrantes de su comunidad. Este esquema de pensamiento responde a un pensamiento del tipo que pregona la justicia social. Quizás no se consideren políticos, pero fácilmente entran en sintonía con lo social y forman parte de asociaciones, son misericordiosos (es decir que se apiadan de las necesidades y del dolor del otro), realizan acciones sociales porque sienten esa inquietud insaciable de que siempre hay algo por mejorar y que ellos algo pueden hacer. Los colectivos sociales que mayoritariamente responden al esquema de pensamiento “Primitivo” fácilmente se sienten identificados con propuestas de gobierno de derecha. Por eso, los países nórdicos como Alemania se sienten identificados con políticas neoliberales y se arrogan el derecho excluyente, por financistas de los países en desgracia, de disciplinar con medidas que castiguen en aquellas necesidades básicas de la gente. Cada uno en su situación individual jaqueado, no le quedan energías para ocuparse de lo social. Por otro lado, los colectivos sociales que mayoritariamente tienen esquemas “Evolucionados”, es decir, menos egoístas y más sociales, fácilmente sintonizan con propuestas de gobierno populares. Podríamos preguntarnos por qué esa diferencia entre los colectivos sociales, de derecha y populares y por qué en países nórdicos y países latinos. Puede ser que parte de esta respuesta esté en la forma de entender la mística de la religiosidad y su relación con el concepto del trabajo. Mientras que los nórdicos como protestantes se liberan del mal con trabajo y con el dinero que el mismo produce, los latinos se liberan con la confesión, son ruidosos en sus expresiones litúrgicas, aman la fiesta, la familia, comer y se trabaja porque no queda más remedio. Creo que las respuestas se hallan escondidas entramados de los procesos de pensamiento más profundos e intrincados. Hoy por ejemplo, asistimos a las lecciones moralizantes de los pudientes de Europa, quienes determinan quiénes son los aplicados y quiénes los holgazanes, quiénes los meritorios y a quiénes se debe disciplinar. Estas acciones se encarnan en las figuras de Ángela Merkel y de Nicolás Sarkozy, éste último a contrapelo de lo que defiende Francia desde la Revolución. Los alemanes, por su parte, necesitan que les crean que han cambiado, que ya no se sienten superiores, que “aquello” fue un momento que nunca volverá, que nadie lo quería, que nadie lo votó, etc. etc. Son un ejemplo mundial de autocrítica, sin embargo, hoy Merkel le exige, entre otras cosas, cerrar cueste lo que cueste las fronteras a otros países, porque ellos son los dueños del dinero que les prestarán para que sigan muriendo de hambre. Ya no les queda a Grecia ni a Italia, el derecho soberano de determinar sobre sus límites geográficos quien entra y quién no. ¿Por qué? Porque Alemania es “su” dueño financista, el “pudiente” y por lo tanto, el que manda y determina. Lo curioso es que Argentina está demostrando que tiene un Modelo en donde nadie sobra, en donde todos son bienvenidos, en donde queremos que los viejos vivan, mucho, bien, sanos y sintiéndose dignos, donde la educación no es un privilegio sino un derecho, donde comer es obvio y no una “gauchada”, en donde nuestra creatividad se conjuga con la solidaridad de sangre española, italiana, árabe, nativa y demás razas. Que aquí la vida se festeja y que el dinero es para usarse para que la calidad de vida de todos vaya mejorando y no para guardarlo angurrientamente. Por eso, y porque nadie puede ser mejor que ellos, critican al Modelo y a quienes lo encarnan. Antes fue a Perón y a Evita, hoy es a Néstor y Cristina, en minutos se convirtió en miles que recibiremos las críticas de adentro y de afuera. Porque adentro, no porque provengan de Alemania, sino porque tienen esquemas de pensamiento “Primitivo” creen que no les quedará nada para ellos o que lo que les toque es poco. Por eso, defendamos al Modelo Nacional y Popular. Dra. Ana María Pardo