A partir de allí se abrieron muchos foros de discusión desde los ámbitos académicos, políticos, sindicales y de distintas organizaciones civiles, en donde participó activamente.
En todos los eventos se concluyó en que Mendoza debe tener una ley de educación, dado que la actual no se ajusta a la nacional, pero que no se debe tratar una reforma educativa porque vivimos una situación de pandemia que impide la participación y consulta a todos los sectores de la sociedad. Asimismo, se coincidió en considerarla:
- INCONSTITUCIONAL
- INOPORTUNA
- NEOLIBERAL
- CONSERVADORA
- INCONSULTA
- MERCANTILISTA
Porque no soluciona los problemas viejos, emergentes y carece de proyección a futuro.
Esta es además, la opinión de los GRUPOS DESCARTES y GEMA